4º ESO. Literatura universal.

WILLIAM SHAKESPEARE

  Dramaturgo, poeta y actor inglés. Resulta imposible llevar a cabo una exposición completa de la vida del celebrado autor inglés, pues existen en torno a ella numerosas suposiciones y muy pocos datos comprobados, por lo que los conocimientos en torno a su infancia son escasos, y se cree que nació el 23 de abril de 1564 en Stratford on Avon, convertida ahora en un museo shakesperiano. Tercero de los ocho hijos del comerciante John Shakespeare y de Mary Arden, cuya familia había sufrido persecuciones religiosas derivadas de su confesión católica. Probablemente estudió en la escuela de su localidad y, como primogénito varón, estaba destinado a suceder a su padre en los negocios, que fue concejal, traficaba en guantes, en cuero, en madera y en trigo, aunque tuvo que ponerse a trabajar en diversos oficios por la difícil situación económica que atravesaba su familia. En 1582 se casó con Anne Hathaway, que le daría dos hijos, Hamnet y Julia, y cinco años más tarde se radicó en Londres, lugar en el que optó por el oficio de actor. Así conoció la práctica de la escena antes de escribir para ella.
    La publicación de dos poemas eróticos según la moda de la época, Venus y Adonis (1593) y La violación de Lucrecia (1594), y de sus Sonetos (1609) le dieron la reputación de brillante poeta renacentista. Los Sonetos describen la devoción de un personaje que a menudo ha sido identificado con el propio poeta, hacia un atractivo joven cuya belleza y virtud admira, y hacia una oscura y misteriosa dama de la que el poeta está encaprichado. El joven se siente a su vez irresistiblemente atraído por la dama, con lo cual se cierra un triángulo, descrito por el poeta con una apasionada intensidad que, no obstante, no llega a alcanzar los extremos de sus tragedias, sino que, más bien, tiende al refinamiento en el análisis de los sentimientos de los personajes. Fue principalmente su actividad como dramaturgo lo que le dio fama en la época.
    En 1593 estrenó la Comedia de las equivocaciones (The Comedy of Errors, 1594) y pasó como autor a la compañía de lord Chamberlein, quien en 1603 recibió la protección real como The King's Magesty's Servants. Así entraría a actuar ante la corte, lo cual le permitió hacer cierta fortuna y comprar en Stratford una mansión a donde se trasladó su familia. Trabajó en el teatro del Globe y con el de Blackfriars. Sus textps divulgados en forma póstuma por sus socios del Globe se conocen como First Folio y comprenden 18 títulos. Las publicaciones sueltas se conocen como Quartos, también 18. Las 36 constituyen, en lo fundamental, los escritos aceptadas como pertenecientes al autor y en los que se basa su reputación, aunque sus contemporáneos de mayor nivel cultural las rechazaron, por considerarlas, como al resto del teatro, tan sólo un vulgar entretenimiento. La introducción, en distintas proporciones, de elementos trágicos y cómicos para expresar amplios espectros de caracteres se convertiría en uno de los recursos favoritos del autor inglés.
    Aunque no se conoce con exactitud la fecha de composición de muchos de sus textos, su carrera literaria se suele dividir en cuatro etapas aproximativas, cuyas fechas están basados en que el autor extraía los temas de sus escritos de crónicas de su tiempo, así como de cuentos y narraciones ya existentes, tal y como era costumbre en aquellos años. La primera etapa, que va de 1590 a 1594, está integrada por piezas históricas que, al contrario de lo que ocurrió con sus textos de madurez, poseían un alto grado de formalidad y, a menudo, resultaban un tanto predecibles y amaneradas, y comedias ligeras como Sueño de una noche de verano (1594), una obra plagada de fantasía en la que se entremezclan varios hilos argumentales centrados respectivamente en dos parejas de nobles amantes, en un grupo de despreocupados cómicos y en una serie de personajes pertenecientes al reino de las hadas, entre los que se encuentran Puck, el rey Oberón y la reina Titania. El prodigioso dominio de Shakespeare en la versificación le permitía distinguir a los personajes por el modo de hablar, amén de dotar a su lenguaje de una naturalidad casi coloquial.
    Sus primeras publicaciones fueron cuatro dramas que tenían como trasfondo los enfrentamientos civiles en la Inglaterra del siglo XV, un estilo muy popular en la época. Estas cuatro creaciones, Enrique VI, Primera, Segunda y Tercera parte (hacia 1590-1592) y Ricardo III (hacia 1593), tratan de las consecuencias que para el país tuvo la falta de un liderazgo fuerte, debido al egoísmo de los políticos de la época. El ciclo se cierra con la muerte de Ricardo III y la subida al trono de Enrique VII, fundador de la dinastía Tudor, a la que pertenecía la reina Isabel. En cuanto a estilo y estructura, contienen numerosas referencias al teatro medieval y otras a los textos de los primeros dramaturgos isabelinos, en especial Cristopher Marlowe, a través de los cuales conoció los del dramaturgo clásico latino Séneca. Esta influencia, que se manifiesta en sus numerosas escenas sangrientas y en su lenguaje colorista y redundante, especialmente perceptible en Titus Andronicus (hacia 1594), una tragedia poblada de justas venganzas, que posee una puesta en escena muy detallista. En El mercader de Venecia (hacia 1596) aparecen retratadas las cualidades renacentistas de la amistad viril y el amor platónico que se oponen a la amarga falta de humanidad de un usurero llamado Shylock, cuyas desdichas terminan despertando la comprensión y la simpatía del público.
    La segunda etapa, hasta 1600, se caracteriza por el aliento lírico y la profundización en el perfil histórico de sus personajes y su significación. De esta etapa es Romeo y Julieta (1595), considerada la más renacentista de todas por recordar la novela sentimental del siglo XV, en la cual la tragedia se desarrolla a partir del protagonista. En la tercera, que culmina en 1608, aparecen las tragedias y escritos más complejos, como Hamlet (1601), su obra más universal, va más allá de las otras tragedias centradas en la venganza, pues retrata de un modo escalofriante la mezcla de gloria y sordidez que caracteriza la naturaleza humana. Hamlet siente que vive en un mundo de engaños y corrupción, sentimiento que le viene confirmado por el asesinato de su padre y la sensualidad desenfrenada de su madre. Estas revelaciones le conducen a un estado en el que los momentos de angustia e indecisión se atropellan con frenéticas actuaciones, situación cuyas profundas razones continúan hoy siendo motivo de distintas interpretaciones. Otras publicaciones importantes de esta etapa son Julio César (1600), Otelo (1602), El rey Lear (1605), Macbeth (1606), Antonio y Cleopatra (1606) y Coriolano (1608). De la cuarta se destaca La tempestad (1613).
    El rey Lear describe las consecuencias de la irresponsabilidad y los errores de juicio de Lear, dominador de la antigua Bretaña, y de su consejero, el duque de Gloucester. El trágico final llega como resultado de entregar el poder al hijo malvado y no al bondadoso. Como contrapunto, la hija, Cordelia, pone de manifiesto un amor capaz de redimir el mal por el bien, pero ella muere en un final sobrecogedor. La idea de que el mal se destruye a sí mismo, sin embargo, se ve reforzada por el funesto destino de las hermanas de Cordelia y del oportunista hijo del duque de Gloucester.
    Antonio y Cleopatra, otra de las grandes tragedias, se centra en la pasión del general romano Marco Antonio por Cleopatra, reina de Egipto, glorificada por algunos de los versos más sensuales de toda la producción shakespeariana. Macbeth, en cambio, describe el proceso de un hombre esencialmente bueno que, influido por otros y debido también a un defecto de su propia naturaleza, sucumbe a la ambición y llega hasta el asesinato. A lo largo de la obra, Macbeth, por obtener y, más tarde, retener el trono de Escocia, va perdiendo su humanidad hasta llegar al punto de cometer todo tipo de imperdonables actos.
    En sus últimos trabajos, a partir de 1608, cambia de registro y entra en el género de la tragicomedia, a menudo con un final feliz en el que se entrevé la posibilidad de la reconciliación, como sucede en Pericles (1608). Shakespeare publicó en vida tan sólo 16 de los escritos que se le atribuyen; por ello, algunos de ellos posiblemente se hubieran perdido de no publicarse, pocos años después de la muerte del poeta, el First Folio, volumen recopilatorio que serviría de base para todas las ediciones posteriores.
    De su obra en conjunto es posible señalar que es en las tragedias donde obtiene una mayor efectividad teatral y una mayor visión totalizadora de los diversos tipos humanos que ofrece la realidad, siendo Macbeth donde estos logros se hacen más palpables. En Hamlet penetra en sus personajes hasta el punto de que éstos rebasan su propio acontecer dramático, hecho que redunda en que para algunos estudiosos ésta sea su obra más característica. Sin embargo, todo intento de establecer un orden cualitativo resulta relativo ante textos como Otelo, El rey Lear o La tempestad , puesto que las nuevas lecturas las han ido cargando de posibilidades significativas que demuestran su carácter de verdaderas joyas de la literatura universal.
    Hacia 1613, Shakespeare dejó de escribir y se retiró a su localidad natal, donde adquirió una casa conocida como New Place, mientras invertía en bienes inmuebles de Londres la fortuna que había conseguido amasar. Murió el 23 de abril de 1616 y fue enterrado en la iglesia de Stratford. Por esas mismas fechas murió Cervantes en Madrid, aunque es muy probable que ninguno de los dos oyera hablar del otro.
Romeo y Julieta

Escrita según unos en 1591, esta tragedia en cinco actos, en verso y prosa, de William Shakespeare, se publicó "in quarto" en 1597, en 1599, en 1609 y en otra fecha imprecisa, y en "in folio" en 1623. Las relaciones entre los diversos textos han sido minuciosamente estudiadas.
El tema de la "muerta viva", destinado a hallar su más elevada expresión en este drama (según el conocido estudio de H. Hauvette, La morte vivante), llega a Shakespeare por conducto italiano, especialmente a través del trabajo de Matteo Bandello (1485-1561), divulgado en el extranjero por Pierre Boisteau. La versión de este último fue a su vez traducida al inglés en el Palacio del Placer de William Painter, e interpretado libremente por Arthur Brooke en el poema La trágica historia de Romeo y Julieta, de 1562, en el que se inspiró Shakespeare.
Se ha intentado establecer una relación entre el drama de Shakespeare y los otros derivados de la misma fuente, el de Lope de Vega (Castelvines y Monteses) y la Adriana (1578) de Luigi Groto, que contiene frases e imágenes que se encuentran también en el drama de Shakespeare, pero que son tan sólo lugares comunes del petrarquismo; además, ambos dramas son completamente diferentes en el modo de tratar el argumento y en el estudio de los personajes.
Los Montecchi (Montagues) y los Cappelletti (Capulets), las dos principales familias de Verona, son enemigas. Romeo, hijo del viejo Montecchi, asiste enmascarado a una fiesta en casa de los Capuletos y, si antes se creía enamorado de Rosalina, ahora descubre que su verdadera pasión es Julieta. Después de la fiesta, los jóvenes se encuentran inflamados en mutuo amor. Y, estando bajo la ventana de Julieta, Romeo la oye confesar a la noche su amor por él, y obtiene su consentimiento para un matrimonio secreto.
Con la ayuda de fray Lorenzo se casan al día siguiente. Mercutio, amigo de Romeo, encuentra a Tebaldo, biznieto de la señora Capuleto, furioso por haber descubierto la presencia de Romeo en la fiesta; Mercurio y Tebaldo riñen. Romeo interviene, y al desafío de Tebaldo responde con palabras que ocultan el nuevo vínculo de parentesco, y rehúsa batirse. Mercutio se indigna ante tanta sumisión y saca la espada. Romeo trata en vano de separar a los contendientes, consiguiendo tan sólo dar ocasión a Tebaldo para herir de muerte a Mercutio. Entonces Romeo se ve arrastrado a luchar y mata a Tebaldo.
Es condenado al destierro y, al día siguiente, después de haber pasado la noche con Julieta, deja Verona para ir a Mantua, siendo exhortado por fray Lorenzo, que entiende que aquél es el momento oportuno para hacer público su matrimonio. Julieta, forzada por su padre a casarse con el conde Paris y aconsejada a hacerlo incluso por su nodriza, que antes había favorecido su unión con Romeo, se deja convencer por fray Lorenzo de que consienta, pero bebiendo la víspera de la boda un narcótico que la hará parecer muerta durante cuarenta horas. El fraile mismo se ocupará de avisar a Romeo, que la sacará del sepulcro a su despertar y la conducirá a Mantua.
Julieta pone en práctica el consejo. Pero el mensaje no llega a Romeo porque el fraile que debía entregarlo es detenido como sospechoso de contagio; en cambio le llega la noticia de la muerte de Julieta. Compra a un boticario un poderoso veneno y se dirige hacia el sepulcro para ver a su amada por última vez; en la entrada encuentra a Paris y lo mata en duelo. Entonces, Romeo, después de haber besado a Julieta por última vez, bebe el veneno. Julieta vuelve en sí y encuentra a Romeo muerto, con la copa aún en la mano. Se da cuenta de lo sucedido y se apuñala. Este trágico fin es narrado por el fraile (que llegó demasiado tarde para impedirlo) y por el paje del conde Paris. Los jefes de las dos familias enemigas, conmovidos por la catástrofe provocada por su enemistad, se reconcilian.
Ha sido advertido muchas veces por los críticos que ésta no es una tragedia en el sentido que lo serán las grandes tragedias de Shakespeare, ya que no brota de los caracteres, sino que es debida a una fortuita combinación de circunstancias externas, hasta tal punto que en el siglo XVIII se pudo alterar el desenlace del drama haciéndolo feliz. No obstante, la concepción de Shakespeare resulta trágica por las mismas imágenes con que opera, ya que en ellas muestra su visión de la historia de los dos enamorados en su rápida y fatal belleza, casi como un relámpago, encendido de pronto y también súbitamente apagado.
Esta concepción se proyecta sobre un fondo artificial "italianizado", que es el mismo de los primeros dramas de Shakespeare (Los dos hidalgos de Verona, Trabajos de amor perdidos). De todo el teatro shakesperiano, Romeo y Julieta es la obra más rica en metáforas; en las palabras de Romeo, más aún que en los sonetos de Shakespeare, encontramos la influencia de los conceptos convencionales de los precursores del barroco. Pero la artificiosidad, en lugar de ser tan sólo una amena decoración, como en los dramas de John Lyly y de Robert Greene, confiere un acento más patético a la historia humana que rodea, y la angustia y la muerte no son menos reales y conmovedoras por producirse en un melindroso jardín a la italiana y estar rodeados de dulzura.
Grande es la variedad de las notas tocadas en este drama, que resume el período inicial y anticipa el de la madurez de Shakespeare: costumbres artificiosas, agudeza extraña y desbocada, pureza de corazón, ardiente fantasía, apoteosis del amor y de su fúnebre pompa. Por esta mezcla de elementos, el drama fascinó a los románticos, no sólo por sus notas más elevadas (en él se inspirará John Keats, cuya Víspera de Santa Inés es una variación sobre un tema de este drama), sino también por ciertos motivos macabros, como la escena del panteón (que puede haber influido sobre ciertas narraciones fantásticas de Edgar Allan Poe) y el parlamento de Julieta en la primera escena del IV acto ("Dime que me oculte donde anidan las sierpes...", v. 79 y ss.), que parece haber sugerido muchas situaciones de "novelas negras" de fines del siglo XVIII.
El drama es quizás, entre los de Shakespeare, el más difundido y popular, y son numerosas las imitaciones y derivaciones en todas las lenguas, si bien el valor de éstas sea a menudo muy escaso.





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